En la actualidad, esta ciencia está en pleno auge y la encontramos revolucionando el mundo en muchos más aspectos de los que somos conscientes. La mayor parte de las personas piensan en el concepto de nanotecnología como algo lejano con el que no tienen nada que ver, pero gracias a lo que hemos visto en clase, sabemos la utilidad que tiene esta en campos muy cercanos a nosotros como los tejidos, los automóviles, los cosméticos, los envases de alimentos... Aunque parezca una idea demasiado compleja y exclusiva, en la mayor parte de estos campos la nanotecnología se utiliza en parte para crear materiales menos costosos. Por otro lado, esta también tiene aplicaciones en campos más profesionales como la medicina y la informática.
No hay duda de que en un futuro la encontraremos mucho más desarrollada y nos facilitará innumerables cosas. Incluso ya hay predicciones sobre esto. Por ejemplo, varios académicos hablan sobre que en el futuro desaparecerán gradualmente los límites entre los seres humanos y los ordenadores ya que los dispositivos y sistemas se harán cada vez más pequeños y podremos llevarlos en la ropa o incluso llegar a implantarlos en el cerebro (http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7326000/7326604.stm). Pero no todo son predicciones, también hay realidades como la creación de un microscopio de alta resolución en un chip (http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7529000/7529638.stm).
Sin embargo, la mayor parte del tiempo pensamos en sus ventajas pero al igual que todas las grandes innovaciones, tiene sus desventajas. Tales como que podría causar importantes cambios en la estructura de la sociedad y el sistema político, la explotación de productos baratos que podría causar importantes daños en el medio ambiente o la creación de armas mucho más potentes que podrían causar importantes conflictos entre países competidores.
Por todo esto es muy importante una gestión responsable para evitar que los riesgos puedan llegar a producirse y para poder aprovechar sus numerosos beneficios.
